Para vencer a Luca Blight, os harán falta tantos aliados como podáis reunir de los 108 que ofrece Suikoden II
7.3.2025
Por Francisco Dominguez, colaborador
Hay muchos motivos por los que el juego merece su reputación de joya infravalorada. Se basa en el formato por turnos con un grupo de seis personajes del original, profundizando en las mecánicas y la personalización, y ampliando sus batallas estratégicas enfocadas en la simulación de guerra al estilo Fire Emblem. La historia del segundo juego tiene un peso emocional aún mayor que la del primero: trata sobre el relato conmovedor de Riou y Jowy, compañeros de armas en busca de un modo de negociar la paz tras una dolorosa traición.
Pero lo que realmente marca la diferencia es el famoso villano de Suikoden II, el príncipe Luca Blight, un personaje arrollador que, sin hacer ruido, destaca como uno de los mejores villanos de la generación de PS1.
El heredero al trono de Highland es una figura imponente, un tirano en ciernes tan irascible como letal. Ataviado con una armadura de placas con ribetes dorados, una capa azul regio ondea tras él a cada paso imperioso. Sería capaz de asesinar a un niño sin miramientos o de obligar a una superviviente a gruñir como una gorrina para entretenerse, prometiéndole clemencia antes de ejecutarla igualmente. Desde el primer momento, este monstruo desalmado, más demonio que humano, os tiene siempre a su merced.
El juego comienza con el protagonista Riou y su compañero Jowy como miembros de la Brigada Juvenil de Highland. Su unidad sufre una emboscada, pero no de enemigos, sino de las fuerzas de su propio príncipe. Su ejército, camuflado bajo el estandarte de Jowston, la ciudad-Estado vecina, promueve esta impactante operación de falsa bandera que pretende avivar la indignación atribuyéndole a otro Estado la masacre gratuita de los soldados más jóvenes de la nación, con el fin de justificar una invasión planificada desde hace mucho tiempo.
Acorralados en mitad de este asalto fatídico, vuestra única salida es saltar desde lo alto de una cascada en un intento desesperado por sobrevivir. Ahora, tachados de traidores y habiéndoos librado de la horca por los pelos, emprendéis una lucha de resistencia lenta y encarnizada en la que vais encadenando fracasos a medida que visitáis una ciudad en ruinas tras otra. Desesperadamente, intentáis convencer a vuestros potenciales aliados de desafiar el hecho palpable, en forma de montones de cadáveres, de que toda resistencia frente a Luca Blight es inútil.
El príncipe al que aprenderéis a odiar proyecta una sombra alargada, incluso durante dilatados períodos, antes de regresar al frente. Es la fuente de una sensación implacable de dramatismo y amenaza en una trama bélica de gran estrategia y geopolítica. En las batallas de estrategia, él y su guardia del lobo blanco (White Wolf Guard) superan con creces a todos los demás. Sobrevivís a los enfrentamientos con Luca Blight por suerte y astucia, no por vuestra capacidad: una vez que os enfrentáis a él, se deshace de Riou y Jowy lanzándolos por los aires como si nada. Ni siquiera Jillia, la hermanastra de Luca Blight, podrá detenerlo ni frenar sus excesos más crueles.
Aun así, no os rendís y lográis reunir hasta un total de 108 nuevos reclutas durante vuestros viajes. Algunos se unen fácilmente, como Viktor, un líder mercenario carismático que ansía unirse a la refriega, mientras que en otros casos no será tan sencillo. Entre la impresionante cantidad de misiones secundarias y minijuegos de todo tipo, podéis buscar a un unicornio para llevar a cabo el ritual tradicional de una ciudad y granjearos la confianza de un lugareño anciano, una misión que os permite engrosar vuestras filas con el unicornio Sigfried (siempre y cuando vuestro grupo cuente con "una doncella de corazón puro"). En otros lugares, podéis jugar una arriesgada partida de dados con Tai Ho para reclutar a su grupo, retar al pescador Amada a un duelo cerca del muelle o comerciar para ganaros el corazón de un mercader amante del dinero.
Lo más aconsejable es que reunáis a tantos aliados como os sea posible. Para revertir vuestra situación, necesitaréis a todos y cada uno de ellos.
Al aumentar vuestras fuerzas en la fortaleza del castillo Dunan (Dunan Castle) gracias a las hornadas de reclutas que vais consiguiendo, sus instalaciones mejoran. Si bien vuestra resistencia inicial fue barrida de un plumazo, ahora hay lugar para la esperanza. Contar con un grupo de seis miembros os impulsa a aprender a usar y a subir de nivel a una variedad de personajes, así como a sacar partido a distintas formaciones en batallas por turnos aleatorias. Nunca seréis más fuertes que Luca Blight, pero podéis llegar a ser más inteligentes y a estar mejor entrenados y equipados gracias a vuestra selección de runas y a una composición del grupo más refinada. Para formar una fuerza unificada capaz de hacer frente al odio y la ambición implacables de Luca Blight, no basta solo con un pueblo, sino que hace falta prácticamente una ciudad entera.
Justo un mes antes de que Suikoden II se lanzase en Japón en 1998, Choque de Reyes, de George R.R. Martin, presentó al sádico Ramsay Bolton. Del mismo modo en que Juego de Tronos se inspira en la guerra de las Dos Rosas, la saga Suikoden también bebe de fuentes históricas para alumbrar a un villano que los jugadores disfrutan odiando. En el caso de Suikoden III, se recrea la historia de dos generales chinos rivales, Xiang Yu y Liu Bang.
El difunto creador de la saga, Yoshitaka Murayama, dividió la personalidad del hoy en día legendario Xiang Yu en dos personajes distintos. Mientras que Jowy representa la compasión y el sentido diplomático de Xiang Yu, Luca Blight encarna la notoria crueldad del famoso general. Se dice que Xiang Yu era tan desconfiado, que, incluso tras la victoria, ordenó ejecutar a 200 000 soldados de los Qin enterrándolos vivos. Al final, se necesitaron tres ejércitos combinados para burlarlo y vencerlo en una famosa batalla que sentó las bases de 400 años de dominio de la dinastía Han. Incluso entonces, ningún guerrero logró acabar con su vida, sino que lo hizo él mismo tras aniquilar a un pelotón entero.
Luca Blight es exactamente igual de exorbitante que su predecesor histórico, que aún goza de renombre milenios después. Muchos juegos de rol emplean batallas de varias etapas como una forma de desafiar a los jugadores, alargando el combate contra un jefe con un sorprendente segundo acto (o incluso con un tercero) para elevar la dificultad. Suikoden II pone patas arriba ese concepto de forma ingeniosa. En lo que respecta a Luca Blight, vosotros sois su batalla en varias etapas. Llegado cierto punto, harán falta no uno ni dos, sino tres grupos de seis personajes totalmente equipados en una emboscada calculada al milímetro en medio del bosque para tener la más mínima esperanza de desbaratar sus planes.
Aunque las probabilidades estén totalmente en su contra, vuestras opciones seguirán estando en el filo de la navaja en una de las mejores escenas de la generación de PlayStation; una secuencia que, verdaderamente, rivaliza con el dramatismo del giro de guion de sobra conocido en FINAL FANTASY VII, la emoción de ver a Gray Fox enfrentándose a un mecha en Metal Gear Solid y el sobresalto al ver a un perro zombi abalanzarse sobre nosotros en Resident Evil.
Al igual que Xiang Yu o esos malditos perros zombi de la mansión Spencer, Luca Blight no caerá sin llevar a cabo una lucha encarnizada. Demostrar que este demonio antropomórfico es mortal, después de todo, depende de vosotros y vuestros aliados. Y, de nuevo, como en el caso de Xiang Yu, el destino de Luca Blight es una leyenda que merece su lugar en la historia.
Suikoden I&II HD Remaster Gate Rune and Dunan Unification Wars ya está disponible en la Epic Games Store.