Las vetas de la ciudad se han agotado y el valle está quedando desierto, pero en las tabernas corren rumores que llegan a oídos de Ruggnar. Hay tesoros increíbles en lugares abandonados, esperando a quien se atreva a ir a buscarlos.
Equipado con una bolsa y unas pocas velas, nuestro héroe decide embarcarse en esta aventura para hacer fortuna.

Ruggnar cuenta con una cantidad limitada de velas para moverse por estos lugares oscuros y debes ayudarlo a administrarlas.
Ver el camino que se abre por delante, activar determinados mecanismos o simplemente iluminar la zona que te rodea... ¡Tú decides para qué las usas!
Y si tiras una, no te olvides de recogerla. Puede que la necesites más adelante.

Aquí no hay enemigos que matar, pero sí muchas trampas.
Por culpa de la oscuridad que las oculta, en cualquier momento puedes darte de bruces con un hacha, una bola de fuego o cualquier otra fea sorpresa.
No te preocupes: si avanzas con cuidado y usas las velas, todo irá bien. Al fin y al cabo, Ruggnar es muy ágil para ser un enano y se recupera fácilmente de los... accidentes.
Observa el entorno, escucha los ruidos que te rodean y lanza las velas. Las trampas están ahí. ¡Tú solo tienes que esquivarlas!

Desbloquea nuevas habilidades en tu aventura.
Visita la tienda para aprender los secretos de antiguos grimorios y así mejorar tus velas y tu equipo o para comprar lo que te haga falta.
¿Quieres un cambio de look? Hay montones de barbas, tintes, armaduras y cascos escondidos por ahí. ¡Búscalos para crear tu propio estilo!

Explora todos los rincones con unos controles superintuitivos.
Explora un modo de historia creado a mano.
Generación aleatoria para ampliar la experiencia.
Descubre la historia que se oculta detrás de esta divertida aventura.
Pierre-Alain de Garrigues (PADG, voz en francés de Kled en LoL, del posadero en Hearthstone, de Muradin en Heroes of the Storm y de muchos otros personajes de videojuegos) y Jordan Harrelson (My Time at Portia, Edge Of Eternity) ponen todo su talento al servicio de Ruggnar para que pueda quedarse a gusto repartiendo improperios.