The Big Con

The Big Con

Juega como Ali, una estudiante de secundaria curiosa y sarcástica que se escapa del campamento de la banda para empezar un viaje por las carreteras del país. ¡Pero no es un viaje por placer! Ali tiene la muy importante misión de evitar que unos crueles usureros cierren el videoclub de su familia. Engaña a desconocidos, roba carteras y estafa a la gente común de los alocados Estados Unidos de la década de los noventa. Y, de más está decir, miéntele a tu mamá sobre lo que estás haciendo. Decide quién se merece que lo estafen y quién podría necesitar que lo ayuden. Puedes ir donde quieras y hacer lo que quieras, ¡aprovéchalo!

Estafa a la gente a tu manera. Ponte disfraces, escabúllete a hurtadillas, escucha conversaciones y descubre cómo abordar a cada objetivo. Quizás consigas suficiente dinero para mantenerte con tan solo robar carteras. Quizás necesites hacer estafas más elaboradas que impliquen forzar una entrada, persuadir y algo más. Deberás usar tu inteligencia y tus habilidades para que nada ni nadie te impida salvar el videoclub de tu mamá.

Una forma infalible de descubrirse a uno mismo es lanzarse a una aventura. Por suerte para ti, tienes la ayuda de un estafador experto que te entrenará en el difícil arte del engaño. Pero la vida criminal no es algo gracioso. A menos que pongas risas grabadas y la conviertas en una comedia demasiado graciosa. Elige bien tus palabras porque con ellas ganarás dinero, convencerás a las personas y te meterás en problemas. Y no te olvides de llamar a tu casa de vez en cuando para hablar con tu mamá. Sí, puede ser que discutas con ella algunas veces (o todas las veces), ¡pero eso es lo que hacen los adolescentes!

Hayas crecido o no en los noventa, este juego está lleno de nostalgia. Es una oportunidad perfecta para que vivas de nuevo los incómodos años de la escuela secundaria o, si lamentablemente te perdiste esta década, para que disfrutes de las películas para adolescentes clásicas que se sienten tan viejas y pasadas de moda. THE BIG CON tiene camisas de cuadros, teléfonos públicos, videos VHS, centros comerciales y todas las extravagantes novedades que recuerdas (y algunas que quisieras olvidar) de la década de los noventa.

Pero lo más importante es esto: ¡puedes subirte a la Hormipillar cuantas veces quieras!